La primera vez que visité El Fondín de Trascorrales, ubicado en la encantadora Plaza Trascorrales de Oviedo, fue una experiencia que nunca olvidaré. Desde que entré, me sentí acogido por la calidez del ambiente y la amabilidad del personal. Este restaurante asturiano, con una calificación de 4.6 sobre 5 y más de 1000 reseñas, ya prometía ser un lugar especial.
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El lugar tiene un diseño muy acogedor, con tonos blancos y arte en la pared que le dan un aire moderno pero a la vez tradicional. Me encantó la idea de que, además de comer dentro, también tienen una terraza que invita a disfrutar de la comida al aire libre, perfecta para los días soleados.
La oferta gastronómica es un verdadero homenaje a la cocina asturiana. Desde el primer momento que vi el menú, supe que estaba en un lugar donde los sabores locales son protagonistas. Opté por probar algunos de los platos típicos y me dejé aconsejar por el personal, que fue siempre muy atento.
Aquí algunos de los platos que disfruté:
- Fabada asturiana: Este plato es un clásico, y debo decir que no me decepcionó. La combinación de sabores y la textura de los ingredientes eran simplemente perfectos.
- Cachopo: Era enorme y muy sabroso, con una carne jugosa y bien empanizada. ¡Una delicia!
- Postres caseros: No podía irme sin probar algo dulce. Recomiendo el arroz con leche, que es simplemente exquisito y el final perfecto para una buena comida.
Además de la comida, la carta de bebidas también es bastante variada. Disponen de una amplia selección de vinos asturianos y cervezas que complementan perfectamente cualquier plato que elijas. Me gustó mucho que también tienen opciones para aquellos que buscan algo más saludable, como ensaladas y platos veganos, lo que demuestra que piensan en todos sus clientes.
El servicio fue excepcional. A pesar de que estaba lleno, el personal se mostró siempre amable y dispuesto a ayudar. Las reservas son recomendables, especialmente los fines de semana, ya que el lugar es bastante popular entre los locales y turistas.
Lo que me sorprendió gratamente fue la accesibilidad del local. Tienen instalaciones adaptadas para sillas de ruedas, lo que es un gran punto a favor. Además, se admiten perros en el exterior, lo que permite disfrutar de una comida en compañía de nuestras mascotas.
En cuanto a los precios, consideré que son justos para la calidad de la comida y el servicio que ofrecen. Se puede pagar con tarjeta, lo cual es una comodidad que siempre valoro al salir a comer.
En resumen, si estás en Oviedo y buscas un lugar donde disfrutar de la auténtica cocina asturiana en un ambiente acogedor y con un servicio excepcional, El Fondín de Trascorrales es una elección excelente. Con su mezcla de tradición y modernidad, he encontrado un restaurante que definitivamente volveré a visitar. Sin duda, se ha ganado un lugar en mi lista de favoritos en esta hermosa ciudad. ¡No te lo puedes perder!
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