Recientemente, tuve la oportunidad de visitar el Restaurante Gran Duque, situado en el pintoresco pueblo de Santillana del Mar en Cantabria. Desde el momento en que llegué, supe que había elegido un lugar especial para disfrutar de una buena comida. La dirección es C. Jesús Otero, 7, y aunque no había hecho reserva, el ambiente acogedor me recibió con los brazos abiertos.
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Al entrar, me encantó la decoración tradicional del restaurante. Las vigas de madera y los detalles rústicos crean una atmósfera cálida y familiar que invita a relajarse. Es un lugar que respira historia y autenticidad, lo que lo hace perfecto para saborear la cocina española y mediterránea que ofrecen.
El menú es variado y refleja la riqueza de la cocina local. Opté por algunos platos que realmente resaltan la calidad de los ingredientes y la maestría en la preparación. Entre mis elecciones estaban:
- Entrante: una ensalada de ventresca que estaba fresca y llena de sabor.
- Plato principal: el pescado del día, que estaba perfectamente cocido y acompañado de una guarnición deliciosa.
- Postre: no pude resistirme a pedir un flan casero, que fue la guinda perfecta para cerrar la experiencia.
El servicio fue otro punto destacado de mi visita. El personal es amable y atento, siempre dispuesto a recomendar platos y asegurarse de que todo esté a nuestro gusto. Además, me gustó que el restaurante acepta reservas, lo que puede ser muy útil, especialmente durante los fines de semana.
Una de las cosas que más me impresionó fue la opción de comida para llevar. Es genial saber que, si en algún momento tengo antojo de sus delicias en casa, puedo llevarme un pedacito de Gran Duque. Sin embargo, me quedé a comer allí, disfrutando de la opción de sentarse en un ambiente informal y acogedor.
El restaurante también es accesible para personas con movilidad reducida, lo que es un gran punto a favor. Tienen aseos adaptados y asientos diseñados para sillas de ruedas, asegurando que todos los clientes se sientan cómodos.
Hablando de bebidas, el Gran Duque ofrece una buena selección, incluyendo cervezas locales, vinos de la región y varias opciones de café. Me decidí por un vino tinto que complementó perfectamente la comida.
El restaurante tiene una calificación impresionante de 4.7 en las reseñas, y después de mi experiencia, puedo entender por qué. La combinación de buena comida, un ambiente acogedor y un servicio excepcional lo convierten en un lugar que recomendaría sin dudar.
Una pequeña advertencia: el restaurante está cerrado los lunes, así que asegúrense de planificar su visita en otro día. Los horarios son muy cómodos, de 13:00 a 16:00 todos los días de la semana, lo que permite disfrutar de una buena comida tanto para el almuerzo como para la cena.
Si están buscando un lugar donde disfrutar de la auténtica cocina española en un ambiente cálido y acogedor, el Restaurante Gran Duque es, sin duda, una elección acertada. Estoy deseando regresar y explorar más de su menú. ¡No se lo pierdan!